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Libro completo

Cochabamba, Bolivia 2014

Madrid, España 2012 - primera parte

Madrid, España 2012 - segunda parte

El pasado día 29 de junio tuvo lugar en el Centro Cultural Galileo, la presentación de una novela escrita por el pintor y ahora escritor Orlando Arias, en un acto bastante concurrido, al que asistieron muchos compatriotas suyos, escritores, críticos y amigos.

La mesa estuvo presidida por Tomás Paredes, Presidente de la Asociación Española de Críticos de Arte, Benito de Diego y Antonio Calderón de Jesús, ambos miembros de la citada Asociación, y acompañados por el autor, en este caso Orlando Arias y en representación de la Embajada de Bolivia, su Cónsul General en España María Celia Orellana.

Antonio Calderón de Jesús hizo una breve síntesis de la obra de Orlando y sobre todo del amigo y pintor a quien conoce hace años. Él ha sido una parte muy importante, para que esta novela viera la luz, se ha encargado de la imprenta y edición.

 

Seguidamente tomó la palabra Tomás Paredes, quien incondicionalmente aceptó estar presente en este acto. Conoce bien al pintor y en todo el recorrido que hace de su vida y su obra, hace referencia a su calidad, colorido, a sus valores técnicos y creativos, habló de la celebración del nacimiento de este libro, comentando sucintamente la importancia que tiene el libro en las manos de escritores y lectores por todas las posibilidades que aporta, es muy difícil que algo supere el poder portar un libro y sentarse en cualquier parte a leer, a otras técnicas modernas.

Relaciona en sus textos la poesía con la pintura, a los poetas bolivianos con la pintura de Orlando, y eso que en España aunque se conoce a pocos, vive un gran poeta, Pedro ShImose. Decia Waldo Frank que Bolivia era el trozo de tierra más rico del mundo, pisada por los pies descalzos más pobres del mundo.

La novela tiene que ver con su pintura, es creativa ya que hace una pintura magnífica, tiene muchos signos de identidad de su tierra; ha hecho expresionismo, realismo, ha rozado la abstracción, pero sobre todo es sorprendente en la pintura que hace como realismo mágico.

Benito de Diego hizo una amplia disertación sobre la novela de Orlando, al que considera un personalísimo pintor, hombre, íntegro, que sigue su vocación con ahínco, sensible, altruista y compasivo, como queda patente en la dedicatoria de su “opera prima”, que le retrata como un humanista contemporáneo. Pero, además le considera un espíritu cosmopolita y además un soñador.

Señaló que el libro está concebido desde la compasión y que, iluminado por ella, el autor ha creado la historia que le da contenido y la ha plasmado con el arrebato que da la pasión. “Es una crónica apasionada del quehacer de dos seres entregados a hacer el bien y ha impedir el mal que la injusticia supone”.

“La historia tiene dos protagonistas: Isabel y Alejandro, que son jueces y partes del devenir vital de un pueblo llano y laborioso…y también explotado: A Isabel, poseedora de una energía incontenible, la domina y espolea el ardor y el dolor de la injusticia. Sentimiento en el que es acompañada por su Alejandro, que comparte con ella la conmiseración hacia los pobres y oprimidos”.

 

“Alejandro, en sus oníricas ensoñaciones, ha de ser, cual caballero artúrico, el rescatador y salvador de su señora Isabel y la lleva, al final de sus sueños, guiado por la Nereida, a alcanzarle el triunfo”.

Analizó Benito de Diego la obra desde sus características literarias señalando que la narración se desenvuelve entre el naturalismo de la experiencia más escueto y la fantasía más exuberante, no despreciando la ciencia ficción, por dos vías que se entrecruzan en el transcurso de la peripecia del relato y que es explicada mediante el monólogo continuado de un narrador omnisciente.

Señaló que la narración, de alguna forma, nos remite al universo kafkiano, de cuyo espíritu está impregnada toda la obra, al unir lo fantástico y lo verdadero en una acción proyectada a un futuro nebuloso. Explicó que son muchos los personajes, tanto reales como oníricos. Sin embrago el autor prescinde de cualquier diálogo interpersonal. El único diálogo existente es el que el autor establece con el lector al que dirige sus palabras y pensamientos.

Indicó que la obra recoge las utopías de un humanismo radical y fabiano, puro e ingenuo, en el que se desgranan los paradigmas de una sociedad, en la que la injusticia es doblegada por el tesón de quienes hacen de la justicia su arma y armadura contra el poder y el egoísmo, remarcando que la lectura y la comprensión del texto son inmediatas, sin complicaciones estilísticas, que pudieren difuminar y entorpecer el discernimiento del mensaje, lo que consigue el autor mediante el empleo de un léxico directo y sencillo.

El relato, dijo, siguiendo un proceso diacrónico, está compuesto por un caleidoscopio de escenas que explican las historias de los dos protagonistas, Isabel y Alejandro, a los que las circunstancias unen y así continúan hasta más allá del fin de la narración, que está plena de inocencia.

Concluyó, Benito de Diego, señalando que a esta obra hay que acercarse con actitud meditativa e, incluso, introspectiva, para llegar a descubrir la esencia y el fundamento de toda proposición, sea racional o ideal, que en ella se explicita. “Debemos abordar su lectura con una disposición intelectual abierta a las consecuencias del impacto, inmediato y subsiguiente, que pueda producirnos, para aprovechar aquello que el texto y el contexto nos propone y vibrar y emocionarnos con ello”, dijo.

 

Manoli Ruiz  (De la Asociación Española de Críticos de Arte)
Madrid, España 2012

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